Supongo que dar respuesta a esto a sido el mayor reto para los artistas de todos los tiempos.
He escuchado que, aunque un actor/actriz se encuentre viviendo una situación imaginaria dolorosa, y pueda convencer a los espectadores que está en una agonía terrible o emocionalmente desgarrado, aquel, en la parte de su mente que corresponde a la persona consciente de su arte, se encuentra, a la vez, en un estado de goce creativo, de estar viviendo al fin el instante para el cual ha trabajado tanto. Pienso después en un bailarín/bailarina y su interminable estado de dolor físico, viajero de todas las partes de su cuerpo. En ocasiones penetrante e intenso. Entonces, ¿Qué lo hace desear seguir danzando hasta el último día de su vida? ¿Cómo es posible que estos artistas desgarren sus emociones, mente y cuerpo y encuentren satisfacción en ello?
Surge en ambos la paradoja del goce de lo doloroso. A veces el motivo de este goce no puede ser puesto en palabras. Además, ¿sería necesario?, ¿el amor y la pasión no se manifiestan ya mediante otro lenguaje de estos artistas, en todo su organismo? ¿O tal vez sea preferible el dolor para la ficción al dolor que se viviría al no poder realizar o presenciar aquello que se ama? Aquello que no se puede evitar, así sea en la soledad o en público. Aquello que se haría aún con todas las circunstancias en contra, incluso en el fin del mundo.
“…¿No es admirable, que este actor, en una fábula, en un ficción pueda dirigir tan a su placer el ánimo que así agite y desfigure el rostro en la declamación, vertiendo de sus ojos lágrimas…? Y esto por nadie: por Hécuba. ¿Y quién es Hécuba para él, o él para ella, que así llora sus infortunios?…” (Shakespeare,W. Hamlet. 2.11.1-6)
Se cuestiona Hamlet al respecto y, ¿cómo responderle?.
A veces lo único que sabes es que eres pequeño y el día de clases de teatro es el mejor de tu vida, o que eres un poco más grande y tus días se sienten vacíos sin la manifestación del teatro o la danza en ellos. A veces todo lo que sabes es que, desde la primera vez que viste artistas en un escenario quedaste en un estado de estupor, te quedaste sin palabras. Y desde ese instante hasta el día de hoy permaneces sin respuesta… pero la pregunta permanece… y se modifica… ¿Podrán el amor y la pasión de un artista ser puestos en palabras algún día?.
Rubí Rivera
29 años
Artista escénica
Monterrey, Nuevo León
Fotografía: Clau Dita de Papel
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