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PROHIBIDO JUGAR EN LA VÍA PÚBLICA

Siempre vamos hacia arriba, hacia muy arriba. Cuando salí de casa el objetivo era muy claro, quería, al menos simbólicamente, recuperar los dominios perdidos de la infancia. El ocio es revolucionario, compañero. Y por eso, así nomás, jugamos Jenga. Porque las cosas se caen, hermana, todos sabemos que las cosas se caen.

Jugamos Jenga porque sabemos que la construcción y el colapso son un juego de niños. Jugamos Jenga porque, al final, una torre siempre se viene abajo. Ahora, o quizá mañana, se viene abajo. Como el heteropatriarcado que ya se está cayendo, como los machirulos mexicanos que ya se están cayendo. Cantando, que se caigan todos los edificios mientras cantamos. ¿Sobre qué estamos construyendo nuestro futuro de niños callejeros? ¿Hacia dónde va esta ciudad cochina, con sus rascacielos que apenas escapan de las nubes de polvo y smog opaco?

No hay agua, pero jugamos Jenga para que, al menos simbólicamente, recuperemos algo de lo que nos quitan. Para que truene la bomba, pues. Que truene y que se caiga todo. Qué ganas de dormir así, planito, mojado por la lluvia en la calle.

Y así, armados de ocio, Raúl y yo jugamos Jenga en frente de las torres. Si te gano, me debes la paz del mundo, me dice Raúl. En frente de las torres, Raúl y yo jugamos Jenga para escapar de la maldita caja. Afuera de la caja todavía todo es posible. Afuera llueve, adentro nunca.

Entonces, apenas diez minutos, diez minutos de entrados en nuestro jugueteo revolucionario, la granadera, la policía, un Ya nos llegó el reporte, váyanse a jugar a otro lado, está prohibido jugar en la vía pública. Temblaba el suelo. Temblaba porque a puro juego se venía abajo todo el edificio imaginado.

Entérense todos que, de un tiempo para acá, jugar Jenga es un acto ilegal. La pena de muerte será poco para aquellos que se atrevan a sonreír en este nuevo futuro. El Centro será sólo para los que puedan pagar el ser infelices.

Jesús de la Garza

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Acción de arte. 24 de febrero 2023. Jesús de la Garza y Raúl Márquez juegan Jenga afuera de Vía Zócalo. Son interrumpidos por la policía tras un reporte de los locatarios.

Documentación: Rosalinda Olivares.


Jesús de la Garza (Montemorelos, México, 1994). Es autor de los libros de poesía Óxido silvestre y La máquina de Warhol, también de la obra de teatro La pierna. Fue merecedor del Premio Internacional de Poesía Gonzalo Rojas Pizarro (2017) en Chile y finalista del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo (2020) en México. Ha sido becario del Centro de Escritores de Nuevo León (2018) y del PECDA de Nuevo León (2021).



















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